El músico, que falleció a los 67 años, compuso para Diomedes Díaz, Jorge Oñate y Lisandro Meza.
Romualdo Brito López puede considerarse como uno de los compositores más grandes del vallenato. La clave de su éxito fue quizás su capacidad para moverse en un espectro musical que iba sin complicaciones del vallenato más romántico y sentimental a uno más alegre y divertido.
Él fue el artífice de la famosa canción ‘El santo cachón’, un tema que popularizó el grupo Los embajadores vallenatos y que se convirtió en un clásico instantáneo en el género, por su letra jocosa acerca de la infidelidad.
«Que te perdone yo, que te perdone, como si fuera el santo cachón«, es el coro que se hizo himno en todo el país al contar un caso de infidelidad desde el punto de vista del hombre. Se dice que Romulado Brito se inspiró en un parque de Barranquilla en el que los infieles se encontraban con sus parejas. Solo él pudo aderezar con toques de humor algo tan duro como es que a uno le pongan los cachos.
«La alegría, jocosidad y sarcasmo es prevalente en sus temáticas, pero no por ello ha dejado de hacer canciones románticas y muy sentimentales, que incluso ponen a muchos a dudar sobre la autoría», recordaba el experto en vallenato Jorge Nain Ruiz en Vallenateando, un blog de EL TIEMPO, acerca de este artista de Treinta Tomarrazón –Guajira- que también probó suerte como cantante con la agrupación Los Hermanos Merino a finales de los 70 y luego interpretó otro clásico, pero de Mateo Torres, ‘Mi presidio’, tema en el que destiló gran sentimiento.
«Mujer tu eres mi presidio mi corazón es cobarde
En ti quiero refugiarme aunque existen mil motivos
Que ha sido imposible darme amor tesoro escondido
Que ha sido imposible darme amor tesoro escondido«.
Un coro pegadizo y de mucho sentimiento con el Brito reveló esa forma de cantar tan emotiva que luego repitió en ‘Tatuaje del alma’. Pero también tenía una sensibilidad muy especial para escribir acerca de las tristezas del amor, aunque dio rienda suelta a la alegría con canciones como ‘Llegó tu marido, para Jorge Oñate, quien en una de sus estrofas canta emocionado:
«Oi, vuelvo a estar alegre
Y tengo el amar de fiesta porque estoy enamorado/ Oi, vuelvo a estar contento
Y me siento como nunca/ Soy un hombre muy feliz«.Diomedes Diaz admiraba Brito y le grabó, entre otras, ‘El indio’ y ‘Parranda, ron y mujer’.
‘El compositor de las mil canciones’ (él dijo varias veces que fueron 1.519), como muchos lo llamaban, también trabajó para Poncho Zuleta, Diomedes Díaz, El Binomio de oro, Otto Serge y Lisandro Meza, estos dos últimos, hicieron parte de un disco tributo en el 2004 titulado ‘Los Mejores cantan a Romualdo Brito’; con Ivan Villazón, Peter Manjares y Beto Zabaleta. Recientemente Brito estaba promocionado su nueva canción ‘Navidad contigo’.
En el 2018, Silvestre Dangond hizo un nueva versión de El Santo Cachón. Lo insólito es que el propio compositor siempre la consideró como una de sus canciones más malas. Brito era exigente con su trabajo nunca estuvo conforme con lo que escribía.
«Puede ser mucho mejor», era la frase que se decía a sí mismo al escucharlas, pero lo cierto es que dejó un gran legado para la música y el folclor en el país.