En el cierre de la jornada del 1 de mayo, en la que siguieron las protestas del paro nacional contra la reforma tributaria, el presidente Iván Duque anunció que los militares saldrán a las calles para reforzar la seguridad en las ciudades donde ha habido más incidentes de vandalismo.
La jornada de este día del trabajo estuvo marcada por multitudinarias marchas pacíficas en todo el país y con algunos disturbios y enfrentamientos, principalmente en la capital del país.
El presidente Duque dijo que las manifestaciones de protesta son una expresión de la democracia, pero advirtió que el vandalismo que se ha visto en algunas de ellas no va a imponerse en el debate político.
Señaló que se acudirá a la figura de la asistencia militar en coordinación con las autoridades locales y garantizó que habrá pleno respeto a los derechos humanos.
«Mi obligación como Presidente es garantizar el derecho a la protesta pacífica, pero sobre todo garantizar la seguridad de nuestros conciudadanos», dijo el mandatario.
«Conforme a la Política Marco de Convivencia y Seguridad Ciudadana, como comandante supremo de las Fuerzas Armadas, la figura de asistencia militar seguirá vigente en los centros urbanos donde existe un alto riesgo para la integridad de los ciudadanos y donde se requiere emplear toda la capacidad del estado para proteger a la población», señaló. Duque indicó que esta situación se mantendrá «hasta que cesen los hechos de grave alteración del orden público».
También dijo que las Fuerzas Militares están «entrenadas para actuar en contextos urbanos» y apoyar el trabajo de la Policía Nacional: «su despliegue y actuación se seguirá haciendo en el marco del respeto absoluto a las normas internacionales de derechos humanos y será objeto de control por parte de los organismos constitucionales».
El Presidente señaló que el gobierno tomará «todas las medidas para garantizar el abastecimiento, movilidad, el derecho al trabajo y la seguridad en todo el territorio nacional».
Esta semana, el expresidente Álvaro Uribe, jefe del partido de gobierno, había pedido la salida de los militares a las calles para enfrentar lo que llamó «asesinato y destrucción vandálica».