Tras desconcierto por traer a Mancuso, se suma caso de ‘El Zarco’, reclutador de ‘falsos positivos’
Muchos colombianos se despertaron hoy inquietos con las noticias que dan cuenta de la puesta en libertad en España de Luis Jhon Castro Ramírez, alias El Zarco’, un desmovilizado del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y confeso reclutador de ‘falsos positivos’. ¿La razón? En ese país afirman que no recibió la solicitud en extradición del Gobierno del presidente Iván Duque.
A pesar de que las autoridades del país ibérico, dicen estas versiones, lo pusieron a disposición de Colombia, Bogotá no lo reclamó por lo que el señalado criminal disfruta de semejante omisión.
El ministro de Justicia, Wilson Ruiz, en diálogo con La W Radio, aseguró que tanto el Ministerio como la Cancillería adelantaron todos los trámites para lograr que el confeso criminal fuera extraditado a Colombia, y no dejado en libertad, como ocurrió.
El ministro aseguró que la Interpol argumentó que no se efectuó el traslado aéreo de Castro Ramírez por las restricciones derivadas del coronavirus.
“Frente al caso de Luis John Castro Ramírez, conocido con el alias de ‘El Zarco’, debo indicar que el Ministerio de Justicia y del Derecho y el Ministerio de Relaciones Exteriores, hicimos todos los trámites requeridos y pusimos el mayor empeño para procurar que este integrante del Eln, sea traído para que responda por su delito ante la justicia colombiana”, dijo el funcionario en la citada emisora.
La discusión está abierta. La realidad es que ‘El Zarco’ no está hoy en Colombia como tampoco Salvatore Mancuso, uno de los jefes de los escuadrones de la muerte que operaron a nivel nacional con la sigla de Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
En este caso, se informó que se trató de la suma de una sorprendente cadena de errores en los tramites hechos por Colombia: Desde los tiempos correspondientes exigidos por las autoridades de Estados Unidos, extravío de documentos y hasta el envío de papeles en español sin haberlos traducidos al inglés.
Razón Pública, un prestigioso centro de pensamiento, en un análisis de este caso en el que resume que Colombia presentó cuatro solicitudes ante las autoridades norteamericanas para extraditar a Mancuso. «Pero todas tuvieron errores», concluye y sintetiza así la aseveración.
1. Las dos primeras, enviadas el 15 de abril y el 13 de mayo del 2020, estaban fundadas en unas órdenes de captura emitidas por la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla por delitos como homicidio, desaparición y desplazamiento.
El órgano judicial estadounidense no respondió a estas solicitudes, porque la autoría que se le atribuye a Mancuso es la de haber comandado el grupo organizado que los cometió, y esa figura de responsabilidad no existe en el ordenamiento jurídico de Estados Unidos.
2. La tercera y fugaz solicitud de extradición tuvo que ser retirada, pues los delitos en cuestión ya habían sido conocidos por Justicia y Paz, ya había una sentencia condenatoria y se había cumplido la pena. Entre estos, se encontraban algunos homicidios y secuestros.
3. La cuarta no fue una solicitud de extradición, sino una solicitud de detención preventiva con fines de extradición, que la Cancillería presentó el 20 de agosto atendiendo a las órdenes de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal del Distrito Judicial de Bogotá.
4. Algunos medios señalaron que la solicitud no fue presentada en inglés, requisito que está consagrado en el Tratado de Extradición entre Estados Unidos y Colombia. A esto, la Cancillería respondió que esperaba adelantar el proceso de detención preventiva mientras se traducía el expediente completo para solicitar una solicitud de extradición.
5. Lo anterior indica que el gobierno colombiano no ha presentado ninguna solicitud que cumpla los requisitos para la extradición de Mancuso a Colombia.
Así las cosas, el desconcierto entre muchos ciudadanos es natural: ¿Por qué Colombia está fallando así en la traída de criminales de semejante calibre?