Escasez de medicamentos para UCI es crítica, dicen anestesiólogos

Gremio alerta por desabastecimiento de fármacos para pacientes más graves de covid-19 y otros males.

Foto: EFE 

Desde que comenzó la pandemia, asociaciones científicas alertaron del riesgo de desabastecimiento de medicamentos esenciales para atender pacientes críticos que podía enfrentar el país.

Y si bien se han adelantado mesas constantes de trabajo con autoridades, hoy escasean sedantes, analgésicos, relajantes y coadyuvantes. Mauricio Vasco, presidente de la Sociedad Colombiana de Anestesiología y Reanimación (SCARE), explica la crisis actual.

¿Qué pasa con los medicamentos de UCI?

Se han agotado los agentes de primera línea y la mayoría de sus alternativas. El hecho de reactivar los sistemas de salud y la reapertura económica llevó a un gasto no solo por patologías asociadas a covid-19, sino a traumas, violencia, cirugías y procedimientos urgentes y, asimismo, a la reactivación de las agendas quirúrgicas de casos electivos.

¿El desabastecimiento es problema local o mundial?

Es mundial. En la medida en que los países que producen y comercializan estos medicamentos y la materia prima tengan muchos pacientes afectados, se dificultará aún más que lleguen a los países afectados por la pandemia que no tenemos buena capacidad de producción local.

¿Qué medicamentos son?

Son cuatro grupos farmacológicos: sedantes, que permiten que la gente esté dormida y no se acuerde (los más escasos son midazolam y propofol); analgésicos potentes narcóticos (hidromorfona, morfina, remifentanil y metadona); relajantes neuromusculares, que facilitan que pacientes toleren terapias de ventilación asistida, y coadyuvantes, usados para potenciar los efectos de los anteriores y no usar dosis tan altas y al tiempo ahorrar. Muchos de los coadyuvantes son para manejar males psiquiátricos y neurológicos.

¿Qué tan importantes son?

Estos medicamentos son un pilar fundamental del manejo de enfermos críticos, sean o no por covid-19, pues facilitan todos los procesos de soporte ventilatorio y, al atenuar el dolor y el recuerdo, permiten que el paso por terapia intensiva se asocie a mejores desenlaces en los pacientes.

¿Qué pasa si no se aplican?

Se afecta el beneficio de las intervenciones, retrasa la recuperación, genera complicaciones (por estar despiertos y con dolor se retiran los tubos y los catéteres especiales para aplicar medicamentos), se aumenta la estancia en UCI, hay más riesgo de delirio, agitación y complicaciones en la esfera mental y de bienestar luego de la recuperación.

¿Por qué la escasez?

La principal razón es el gran número de pacientes que hay ahora por todas las causas y el aumento de camas de UCI, que genera más pacientes para uso de estas terapias. Además, como los países que producen la materia prima (India) y generan la comercialización y distribución (Europa y el Reino Unido) tienen muchos casos, pues se restringe la exportación y priorizan su uso.

¿De quién depende el abastecimiento?

La mayoría de importaciones. Hay una producción nacional que no alcanza a cubrir las necesidades.

¿Qué gestiones han hecho y qué les han dicho?

Las agremiaciones científicas hemos trabajado muy bien con la oficina de medicamentos y tecnologías del Minsalud con el Invima, el Fondo de Estupefacientes y el resto de actores. Se han realizado los procesos para facilitar la importación, disminuir barreras y se ha favorecido la producción local de los que se pueden, pero aún es insuficiente para las demandas locales.

¿Qué alternativas existen para suplir la escasez?

Se han definido en guías clínicas realizadas por las agremiaciones científicas, pero estas ya están agotándose también. Además, el uso de ellas impactó la prestación de servicios en las áreas de manejo del dolor agudo y crónico, cuidados paliativos y en procedimientos diagnósticos, intervencionistas y quirúrgicos, lo que ha llevado a suspender algunos de estos servicios.

¿Qué sugieren?

Además de continuar con las medidas, no parar estas acciones durante las vacaciones, la pandemia no da espera. Que desde el Gobierno se emitan actos administrativos para eliminar las barreras para la prescripción de las alternativas que quedan, pues muchas de ellas son más costosas que los agentes habitualmente usados cuando no había desabastecimiento. En especial se deben prohibir las glosas a las cuentas por el uso de estas alternativas, pagar las deudas previas y continuar con los subsidios o hacerlos efectivos a las instituciones hospitalarias. Estas deben tener flujo de caja para continuar en la prestación de servicios y pagos al talento humano en salud.

También hay que fortalecer todas las estrategias para denunciar y que los entes de vigilancia y control eviten y sancionen el acaparamiento y la usura de los medicamentos e insumos requeridos, promover la vigilancia de la situación epidemiológica en todo el territorio nacional que de ser necesario permita a las direcciones territoriales la limitación de la realización de cirugías no prioritarias en el caso que la situación particular de desabastecimiento de medicamentos ponga en riesgo la atención de pacientes críticamente enfermos o la realización de procedimientos y cirugías urgentes. Se debe, igualmente, continuar con las acciones a nivel central para controlar las aglomeraciones y evitar la trasmisión comunitaria del covid-19.

UNIDAD DE SALUD