Mientras Diego Molano, nuevo ministro de Defensa de Colombia , reconoció las denuncias de falsos positivos en cultivos ilícitos conocidas en Noticias Caracol , expertos señalan por qué se están presentando estas dudas sobre las cifras reales de erradicación.
Molano sostuvo que «las acciones y los argumentos fueron presentados y allí donde se tuvo que tomar acciones en estos diez casos particulares, pues se tomaron las decisiones, vamos a revisar si hay alguna información adicional”.
Esa, sin duda, será una de sus primeras tareas como encargado de la cartera de Defensa.
Entretanto, Daniel Rico, exasesor del Ministerio de Defensa, sostuvo que “todo esto es el resultado adaptativo de unos incentivos perversos en la lucha contra las drogas. De mostrar unos resultados exagerados sin buscar generar condiciones de transformación a nivel territorial y local”.
Y agregó: “El problema no es solamente del funcionario, del oficial, de los cultivadores que están localmente haciendo el proceso de erradicación, sino es especialmente en la definición de objetivos y metas que se hacen al mayor nivel, en el Ministerio de Defensa y la Presidencia».
“Esto sucede por una gran presión del gobierno nacional y los Estados Unidos que le exigen a Colombia, para no descertificarlo un alto volumen en la erradicación de cultivos de hoja de coca”, opinó Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz.
Para Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, “necesitamos fortalecer el ataque a otros mecanismos, a otros eslabones de la cadena , para poder hacer esto eficiente. Si no, vamos a terminar en un juego, en un círculo vicioso interminable, del gato y el ratón, donde esto va a costar muchas vidas”.
A mediados de enero, el Ministerio de Defensa reportó una de las cifras más altas en lo que va del siglo: 131.000 hectáreas fueron arrancadas en 2020. Ahora las denuncias ponen una sombra de duda sobre el número.
En 2020, 16 personas -entre militares y erradicadores que participaban de esas labores- fueron asesinadas, 107 más resultaron heridas. Además, se registraron 1.862 choques violentos entre los uniformados y los cocaleros.