En Soledad, Atlántico, los políticos utilizan la educación de los niños más pobres como una mercancía política.
Vanessa Bermúdez, ama de casa y madre de tres niños, protesta en la sede de la Alcaldía de Soledad: le pide a la alcaldesa Alcira Sandoval que dé la cara. “En el colegio se hizo una reunión en el momento de la campaña a la Alcaldía de Alcira Sandoval, y está incumpliendo todo lo que dijo”, dice la madre de familia.
La protesta de padres y estudiantes fue hace dos semanas. El lío es porque más de diez colegios privados se quedaron sin los subsidios, una especie de becas, que anualmente reciben de la Alcaldía para niños que no tienen cupo en los colegios públicos. Más de seis mil niños quedaron en el limbo.
La Secretaría de Educación argumenta que hubo criterios técnicos en la decisión, y que varios de los colegios a los que les quitaron las becas no entregaron la documentación a tiempo. Esta investigación de La Silla Vacía muestra que detrás hubo una retaliación política, que rebarajó la distribución de las becas en las instituciones educativas, que equivalen a 83 mil millones de pesos anuales. El exsenador Eduardo Pulgar, condenado por corrupción, le quitó la influencia en educación al diputado Sergio Barraza, quien fue su aliado por seis años.
La puja política ha dejado expuesto un negocio que en Soledad lleva años, y en el que se presentan todo tipo de irregularidades, como “estudiantes fantasmas”, estudiantes en sedes no reguladas, que son colegios de garaje, y políticos cuestionados camuflados en las instituciones. Eso genera incentivos perversos para que la educación pública la sigan prestando los colegios privados con padrinos políticos, y la inversión en construcción de colegios estatales sea casi nula.
La ruptura política en la educación
Soledad es un municipio vecino a Barranquilla, tiene 686 mil habitantes, el séptimo más poblado del país. Tiene cosas de ciudad pequeña y de pueblo grande. Al lado de centros comerciales, de grandes avenidas y de buses agolpados de gente; hay calles destapadas y casas estrechas con techos de zinc. Más del 90 por ciento de los predios son estratos uno y dos, según un informe de la Alcaldía.
Los hilos de poder de ese municipio los mueve Eduardo Pulgar, un político que durante 20 años estuvo salpicado en escándalos de corrupción. En 2021 fue condenado por sobornar a un juez para beneficiar a sus aliados políticos. Sin embargo, desde la prisión ganó más poder que nunca.
Pulgar tiene a su cuñada, Claudia Pérez, en el Senado por el Partido Liberal. Su hija, Isabella Pulgar, es diputada liberal del Atlántico. Y tiene el poder de la Alcaldía de Soledad desde hace cinco años. Como reportó La Silla Vacía, la candidatura de la actual alcaldesa, Alcira Sandoval, se definió en la finca de Pulgar en Polonuevo, donde pagaba casa por cárcel.
En el éxito de Pulgar fue clave el diputado Sergio Barraza, de Cambio Radical. De hecho, en 2022 Pulgar y Barraza hicieron fórmula en las elecciones al Congreso: Pulgar llevó a su cuñada Pérez al Senado y Barraza a su hija Jezmi Barraza a la Cámara, por el Partido Liberal. Barraza hace parte de las “Sin Piedad”, el grupo de representantes liberales que tienen fortín político en Findeter en el gobierno Petro.
Como parte de los acuerdos políticos, Barraza tenía influencia en la Secretaría de Educación de Soledad, la dependencia más codiciada por los políticos locales pues recibe 83 mil millones de pesos anuales del gobierno nacional para subsidios escolares. Por eso algunos políticos soledeños la llaman “la gallina de los huevos de oro”.
Pero ese matrimonio se rompió el año pasado. Desde 2022 hubo celos políticos porque Barraza sacó más votos que Pérez en Soledad, lo que fue leído como un incumplimiento. El año pasado, el grupo de concejales afines a Barraza votó en contra de proyectos de la administración de Sandoval, e intentó poner mesa directiva en contravía de la decisión de la casa Pulgar. Ese fue el florero de Llorente.
La elección fue tan polémica que aparecieron 20 votos cuando solo había 18 concejales presentes. Se tuvo que repetir, y el ganador para presidir el Concejo fue Ernesto Donado, el candidato impulsado por la coalición de Pulgar.
Con el divorcio de Pulgar y Barraza, la alcaldesa sacó a la secretaria de Educación, Aída Ojeda, que tenía cinco años en el cargo y era vista como una alfil de Barraza. Aunque la retaliación es evidente, Barraza negó que haya tenido influencia en la Secretaría de Educación. En todo caso, al cargo llegó Carolina Correa, cercana a la diputada Isabella Pulgar. Con ello, hubo cambios en la repartija de los subsidios.
El negocio de las becas
En Soledad los colegios públicos no tienen la capacidad suficiente para atender a todos los niños del municipio. Es un problema que también se ve en ciudades como Cali y Cartagena. Por eso, las alcaldías tienen que contratar a colegios privados para que les presten los servicios a los niños que los públicos no pueden atender.
En Soledad los ganadores con la insuficiencia educativa son los políticos, pues los colegios que más plata reciben en subsidios tienen padrinos políticos detrás. En parte por eso, en los últimos diez años Soledad solo ha construido cuatro nuevos colegios, pese a su enorme déficit. En cambio los privados han aumentado 68%, según el Sistema de Matriculas Estudiantil (Simat).

En 2024, en Soledad los colegios públicos atendieron a 49.569 estudiantes. Los privados, con subsidios públicos, atendieron a 55.392. Este año la Alcaldía recibió 83 mil millones de pesos del Sistema General de Participación, la transferencia del gobierno central a los municipios para pagar la educación. La Silla Vacía identificó que 34 mil millones se destinaron a ocho colegios que tienen vínculos con políticos, lo que equivale a un 41%.

El problema no es solo que los subsidios lleguen a colegios con padrinos políticos, sino que el sistema se presta para todo tipo de irregularidades. Primero, los subsidios que da la alcaldía por estudiante son más altos que los que pagaría un padre de familia en Soledad por la matrícula y la mensualidad en el colegio privado. Por cada niño la Alcaldía le da entre 1.550.000 y 2.160.000 al privado.
Son cifras por encima de las que cobran los colegios a los que se matriculan sin beca. En la institución educativa Miguel Antonio Roenes, entre matrícula y mensualidades, anualmente cobran aproximadamente 1.100.000 por niño. En cambio, la Alcaldía les paga las becas a 1.910.000.
Según un dueño de colegio beneficiado con becas, que habló a condición de no ser citado, ese sistema hace que el rector le dé una parte de cada beca a los políticos. Es un negocio para los dos: el rector garantiza los estudiantes a un buen precio pese a que le toque dejarle una comisión al político.
De forma confidencial cuatro fuentes que han hecho parte del negocio se lo explicaron a La Silla, en público no lo hacen porque implica reconocer un delito. Bryan Orozco, concejal de Cambio Radical y uno de los críticos más vocales de Alcira Sandoval, es uno de los pocos que lo dice en voz alta.
“Si los rectores hablaran, si la Fiscalía les diera un principio de oportunidad con impunidad total, caería el 90 por ciento de la clase política de Soledad presa”, le dijo Orozco a La Silla.
En Soledad también se han denunciado los “niños fantasmas”. El año pasado, El Heraldo reportó que en varias sedes del Instituto San Judas Tadeo no había niños estudiando pese a que estaban en los contratos firmados con la Alcaldía de Soledad. Eso se explica porque algunos colegios reportan más niños de los que en la práctica tienen, y se inventan sedes donde supuestamente están.
“Una de las técnicas para soportar eso es no reportar la deserción escolar. El niño que se sale del colegio tú no lo sacas de la base de datos del Simat”, dice una fuente que lo ha hecho.
Otra irregularidad se da en lo que los políticos han llamado “pegas”. Si un colegio tiene 1500 becas de la Alcaldía, pero en la práctica sus instalaciones solo tienen espacio para mil, el dueño del colegio subcontrata el resto informalmente, algo que está prohibido por ley. Es decir, las “pegas” son sedes no registradas que normalmente no cumplen con los requisitos básicos que exige la Alcaldía.
En la práctica las “pegas” son escuelas de garaje. La Silla identificó y vistió una “pega” de la Institución Educativa Nuestra Señora de Guadalupe, que funciona en una dirección no registrada.
En el Sistema de Matrículas Estudiantil (Simat), La Silla obtuvo información de niños matriculados en el Guadalupe. Sin embargo, al llegar a una casa de familia cuya inscripción decía Institución Educativa Mamaluju los niños estaban allí. Es decir, los niños becados estaban en una sede distinta a la del colegio Guadalupe.

La sombra de Pulgar en la educación
Carolina Correa llegó a la Secretaría de Educación en diciembre del año pasado. Su nombramiento marcó el fin de la era Barraza en educación, y la llegada de una funcionaria de plena confianza de la casa Pulgar. Correa es amiga de la diputada Isabella Pulgar, y asistió a su matrimonio en 2023. Su esposo, Abel Cepeda, fue aspirante a la Alcaldía de Sabanalarga e hizo campaña de la mano de Pulgar.

La secretaria Correa niega que haya llegado con el guiño de Pulgar. “Isabella no me recomendó en el cargo. Es una gran líder, es una mujer a la que admiro. Pero no me recomendó”, dice Correa en entrevista con La Silla Vacía.
En sus primeros meses tomó una decisión que alborotó la política soledeña. No le renovó el contrato a más de diez colegios que venían con becas, varios de esos colegios tenían vínculos con el diputado Sergio Barraza, el ex aliado con el que se peleó Pulgar. Eso, según cifras de la propia Alcaldía, tiene unos seis mil niños en el limbo. Los dueños de colegios afectados dicen que podrían ser hasta 10 mil niños.
Correa argumenta que hizo todo en el marco de la ley, y que los colegios a los que no les dio contrato no llevaron la documentación a tiempo o les vio condiciones de infraestructura insuficientes en las visitas aleatorias que realizó. “El Monsalve New Love no presentó certificado de antecedentes judiciales del representante legal, pero además no aportó el contrato de arriendo de la segunda sede”, dice Correa sobre el colegio que más ha generado polémica. Del San Judas Tadeo dice que encontró a todos los niños de bachillerato en un salón: “Yo no podía contratar esa entidad”.
La dueña del colegio Monsalve, Sara Porto, dice que la secretaria miente y que, pese a que las notificaciones de la administración fueron tardías, ella entregó toda la documentación: “El día 13 de febrero llevamos la documentación. Había un funcionario que la revisaba para dar el aval para que la recibieran en ventanilla. Incluso hay colegios que radicaron el 14, y están contratados”.
Los colegios, además, ya habían sido incluidos en el banco de oferentes de la Alcaldía en diciembre, que es el primer filtro para la contratación. Además, para Porto no tiene sentido que la documentación esté incompleta cuando fue revisada por los funcionarios de la Alcaldía. Porto va a interponer una tutela, algo que ya hicieron los dueños del colegio Centro Educativo Integral Para El Futuro. Es decir, se viene una batalla jurídica.
Porto dice que lo que se comenta en Soledad es que hubo motivaciones políticas, algo que descarta tajantemente la secretaria Correa. No obstante, lo que sí es claro es que los colegios que tuvieron la lupa exhaustiva de la secretaria son los que tenían vínculos con el diputado Barraza.
El colegio de Porto, el Instituto Monsalve New Love, en 2024 fue el que más plata recibió en subsidios: 5.798 millones de pesos para atender 3.540 niños. En ese entonces en la Secretaría de Educación tenía influencia el diputado Barraza. La dueña del colegio, Sara Porto, reconoció su relación de amistad con Barraza y con el exalcalde Rodrigo Martínez, del grupo del diputado.
Otro caso es el del Centro Educativo Integral Para El Futuro, que es manejado por Carlos Ortiz, excandidato a la Alcaldía de Soledad por el Polo Democrático y quien ha sido un reconocido alfil de Barraza. En 2024 ese colegio recibió 2.158 millones para atender a 1.318 niños.
Varias fuentes coinciden que otro colegio apadrinado por Barraza era el San Judas Tadeo, que el año pasado recibió 2.347 millones de pesos. Este año se quedó sin becas.
Los colegios que perdieron las becas no han estado exentos de polémicas en el pasado, y aún así siguieron recibiendo jugosos subsidios. En 2022, el Monsalve New Love fue cuestionado porque los estudiantes pagaron las pruebas Icfes pero la institución no los inscribió. El año pasado, El Heraldo denunció sedes inactivas en el San Judas Tadeo.
Sin embargo, la lupa de la Alcaldía de Soledad no fue tan rigurosa con todos los colegios. Eso queda en evidencia en el caso de la “pega” mencionado arriba del colegio Guadalupe, que recibió 2.879 millones en subsidios, pero atiende a sus niños en sedes irregulares. El Heraldo también ha reportado inconsistencias en las direcciones de varios colegios en la Cámara de Comercio, uno de los argumentos para dejar por fuera a otros colegios.
Además, La Silla visitó las instalaciones del Monsalve y del Centro Educativo Integral para el Futuro. Son mucho más amplias y cuentan con mejor infraestructura que varios de los colegios con subsidios.

Sede principal del Monsalve New Love

Infraestructura del Instituto Cristiano Ebenezer. Fue contratado por 837.000.000 millones de pesos para a tender 465 niños
Por eso los padres de familia también creen que las motivaciones fueron políticas. “Nosotros como ciudadanos no somos ignorantes de lo que pasa aquí en Soledad. Todo esto se trata de pura corrupción política, y ellos se venden al mejor postor”, dice Vanessa Bermúdez, madre de tres niños del Monsalve.
Jair de la Cruz, carpintero y padre de tres niños del Monsalve, dice que la alcaldesa Sandoval fue al colegio en campaña “se tomó la foto y prometió que el colegio iba a tener todos los beneficios, pero cuando fuimos a la marcha ella nunca se pronunció (…) vemos que el político siempre quiere hacer lo que le da la gana, y se mete con lo más esencial que es la educación de nuestros hijos”.
Los padres de familia están en un dilema: o pagan la matrícula del colegio o tienen que moverse a un colegio donde sí haya becas. Nitzi Leyva, estudiante de 11 grado del Monsalve, dice que “la satisfacción de llegar hasta el final de año escolar y graduarse con todos los compañeros, que vienen de hace muchos años, sí va a decaer un poco”. Sobre la posibilidad de pagar mensualidad dice que en su casa la situación económica es difícil: “Yo vivo con mi papá, que estuvo cuatro meses sin trabajar”.
Algunos rectores están evaluando asumir los gastos este año mientras se resuelve la disputa jurídica para no perder a la comunidad educativa. Sobre la protesta, la secretaria Correa se defiende: “¿Por qué nadie fue a quejarse donde la rectora? y le dijo ‘¿usted no sabía que tenía a nuestros niños, hubiera sido más cumplida para entregar los documentos’?”
Políticos cuestionados detrás de los colegios
Los niños pierden, pero los políticos sí ganan. Las becas son un negocio con el que los políticos llevan años aceitando su maquinaria. Hace años era más burdo: en 2010 la revista Semana denunció que en los colegios se pedían votos para políticos como José Herrera y Jaime Cervantes.
La práctica ha ido mutando. Ya los políticos no piden votos por becas y se camuflan mejor para no aparecer en los papeles de las instituciones educativas. “La gente se ha concientizado de que la beca no es del político. Lo que se hace es un acto de fidelización: te hago unas actividades de rifa, te vendo la idea de que gestioné la beca”, dice un político local. Eso hace que, a la hora de comprar el voto, haya menos posibilidades de que el votante elija a otro candidato en la urna.
El cambio de poder en la Secretaría de Educación dejó ganadores y perdedores.

Diseño de María Paula Acosta, de La Silla Vacía.
Dos de los zares de la educación en Soledad son el excongresista Jaime Cervantes, condenado por parapolítica, y el exconcejal Julio Cabrera.
Cervantes fue destituido del Congreso por el Consejo de Estado en 2012 porque participó en la aprobación de proyectos de ley que incidieron en la contratación de servicios educativos con varias entidades privadas con las que estaba vinculado. Hoy su rastro en los documentos de los colegios es menor.
Sin embargo, todavía existen. La Silla Vacía identificó que la contadora de las campañas de la familia Cervantes al Concejo de Soledad es la misma que la contadora de los colegios donde Cervantes tiene influencia. Se trata de Mauren García García.
García fue la contadora de la campaña al Concejo del liberal Harold Cervantes, hijo de Jaime, que fue el más votado del municipio. Además, aportó cinco millones de pesos a esa campaña. García, a su vez, cuenta la plata de los colegios Mis Sueños, Nuestra Señora del Carmen, Mi Nueva Generación y Liceo Cervantista.
Este año, entre esos cuatro colegios, recibieron 15.787 millones de pesos de la Alcaldía para atender a 7.388 niños.
El otro camuflado es Julio Cabrera, quien fue noticia en 2019 porque cientos de personas a las que les prometió plata por votar por su hija al Concejo se agolparon en su sede de campaña para que pagara. En la política soledeña es conocido porque maneja los colegios a través de fundaciones. De hecho, cuando la secretaría Correa le explicaba a La Silla la diferencia entre contratar con empresas y con fundaciones dijo que de estas últimas hacía parte “Julio”.
Pero al ser consultada a qué fundaciones se refería dijo que no sabía. “A Julio yo lo conozco, pero no me he sentado a hablar de instituciones educativas con él. Él me dice que tiene una fundación”, contó Correa.
Aunque Cabrera no está en los papeles, su fundación se llama Prodesarrollo Caminos Hacia el Futuro. Esa fundación maneja dos colegios que tienen contratos con la Alcaldía: Gimnasio Americano y Antonio Galán. El contador de las campañas políticas de los Cabrera al Concejo es el mismo que cuenta la plata en la fundación: Elvis Orozco Escorcia.
En 2025, los dos colegios de Cabrera recibieron 8.385 millones de pesos para atender 3.882 niños, un incremento de más de cuatro mil millones en un año. Cabrera no votó por Alcira Sandoval a la Alcaldía. La lectura política de ese incremento es que en la votación de la mesa directiva Cabrera estaba en el grupo de Barraza, pero después se volteó al candidato de la casa Pulgar. También estaría alineado de cara a las elecciones a Congreso.
Otro ganador en la repartición de becas fue William Torres, excandidato a la Alcaldía de Soledad en 2019 por la casa Char, de la que hoy está distanciado. Su papá, Jorge Torres, es rector desde hace muchos años del colegio Metropolitano de Soledad 2000, uno de los de mejor infraestructura y más destacados académicamente en el municipio.
Su colegio había sido golpeado cuando Barraza tenía influencia en la Secretaría de Educación. De hecho, el año pasado lideraron protestas contra la administración de Alcira Sandoval. En la recomposición del poder educativo, a los Torres les fue bien: pasaron de un contrato de 3.225 millones en 2024 a uno de 6.048 millones en 2025.
La expectativa es que los Torres voten por los candidatos de Pulgar al Congreso. El rector Jorge Torres, crítico hace un año de Sandoval, ya ha participado de videos institucionales agradeciéndole a la administración.
En un caso similar al de los Torres está Javier Florián, cabeza de El Milagroso, otro de los colegios que ha tenido sobresalientes desempeños en las pruebas Icfes, que tuvo un aumento de 1.157 millones en relación con el 2024. Florián tiene una estructura política que llegó a poner concejal en Soledad hace dos periodos.
La secretaria de Educación, Carolina Correa, dice que le incrementó las becas al colegio de Jorge Torres porque tiene los estándares de calidad más altos y sus egresados suelen obtener becas en las universidades del departamento. Sobre los colegios en los que tienen influencia Jamie Cervantes y Julio Cabrera dice que no tiene conocimiento, y que ella se reúne con los rectores de los colegios, no con los políticos.
Con la repartija de plata a colegios de políticos, en Soledad dan por hecho que la casa Pulgar elegirá los dos candidatos que pretende llevar en las elecciones a Congreso de 2026. Mientras tanto las familias siguen en el limbo. La madre Vanessa Bermúdez se lo dijo a la secretaria de Educación en la protesta: “Esto no le interesa porque usted tiene cómo sustentar a su hija en una buena escuela, en la que usted quiera; pero ahora nosotros, que somos de bajos recursos, ¿cómo hacemos?”.
Por Ever Mejía
LA SILLA VACIA