A la espera de una solución, cada vez más confusa y dilatada, se encuentra el tren regional del Caribe.

Por: Ing. Leonardo Pereira G. Docente Catedrático. Doctorando en Economía y Desarrollo. Mag. En Administración Pública. Esp. En Gerencia de proyectos. X: @Leo_PereiraG
A la fecha han transcurrido cerca de dos años de la realización y presentación de los estudios de prefactibilidad del proyecto que busca la construcción del Tren de Cercanías Cartagena, Barranquilla, Santa Marta; trabajo técnico desarrollado por Findeter en el que se invirtieron recursos cercanos a los 6 mil millones de pesos, provenientes de los fondos de regalías y cuya financiación se logró por gestión y liderazgo de los más recientes exgobernadores de los departamentos de Atlántico, Magdalena y Bolívar.

Los resultados de la prefactibilidad del tren cercanías, entregados en el 2023, en los que se alcanzó un prediseño aproximado del proyecto, una evaluación económica preliminar y se expusieron varias alternativas del trazado ferroviario, claramente significaron un paso en la dirección correcta para el propósito de materializar el anhelado sueño del Tren Regional de Cercanías. Sin embargo, actualmente la iniciativa en referencia se encuentra completamente paralizada, por cuenta de la falta de financiación que garantice la contratación de los estudios de factibilidad, los cuales arrojarán los diseños definitivos de construcción de la obra y su respectivo costo, que inicialmente se estiman en mil 500 millones de dólares.
En la actualidad, lo poco que se conoce del estado del proyecto es gracias al cruce de mensajes y reclamos públicos entre el Gobierno Nacional, mandatarios departamentales y representantes gremiales. Todos coinciden en la necesidad urgente de definir responsabilidades, competencias y los 40 mil millones de pesos que, según cálculos, cuestan los estudios de factibilidad del Tren, lo cual, al mismo tiempo, evitaría el desperdicio de la primera inversión que se ha realizado hasta el momento.
Ante tan dura realidad, vale la pena comenzar a revisar las experiencias de los proyectos del Regiotren de Occidente y del Norte en Cundinamarca, el Tren de Cercanías del Valle del Cauca y el Tren Bala Medellín – Bogotá, los cuales han sabido apoyarse en esquemas organizativos y gerenciales, para poder lograr sus factibilidades, que incluyen hasta los inicios de obras.
En la actualidad, lo poco que se conoce del estado del proyecto es gracias al cruce de mensajes y reclamos públicos entre el Gobierno Nacional, mandatarios departamentales y representantes gremiales. Todos coinciden en la necesidad urgente de definir responsabilidades, competencias y los 40 mil millones de pesos que, según cálculos, cuestan los estudios de factibilidad del Tren, lo cual, al mismo tiempo, evitaría el desperdicio de la primera inversión que se ha realizado hasta el momento.
Ante tan dura realidad, vale la pena comenzar a revisar las experiencias de los proyectos del Regiotren de Occidente y del Norte en Cundinamarca, el Tren de Cercanías del Valle del Cauca y el Tren Bala Medellín – Bogotá, los cuales han sabido apoyarse en esquemas organizativos y gerenciales, para poder lograr sus factibilidades, que incluyen hasta los inicios de obras.

Trazados Tren de Cercanías del Caribe, estudios de prefactibilidad Findeter. Cortesía
Analizando, por ejemplo, el caso del Tren de Cercanías del Valle del Cauca, que ya cuenta con su factibilidad, se puede identificar toda una estructura administrativa pública constituida bajo la figura de sociedad de acciones simplificadas (SITREN GV S.A.S), con la participación inicial de la Gobernación del Valle y las Alcaldías de Cali y Jamundí.
Dicha empresa se ha concentrado de forma integral en la gestión, administración y desarrollo del proyecto; facilitando la articulación de todos los actores del sistema y logrando con el concurso del gobierno Nacional y el Reino Unido, una fórmula de cofinanciación internacional direccionada a cubrir los 35 mil millones de pesos que costaron los estudios de factibilidad, estructurados por la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN).
Otra experiencia interesante para estudiar e intentar replicar en algunas de sus acertadas estrategias, es la del proyecto del Regiotram de Occidente, una apuesta en ejecución con la que se pretende conectar a los municipios de Funza, Mosquera, Madrid y Facatativá con la capital del país, mediante un sistema de transporte de pasajeros 100% eléctrico, cuya inversión ronda los 2.7 billones de pesos, cofinanciados por la Nación, el Departamento y el Distrito de Bogotá.
Este Regiotram, al igual que el Tren de Cercanías del Valle, ha conseguido avanzar en sus etapas de prefactibilidad, factibilidad y ejecución, por el impulso gerencial de la empresa pública férrea regional, en la que la Gobernación de Cundinamarca, con el 99,9% de las acciones, se constituye en el principal socio.

Imagen: Regiotram de occidente, archivo.
Es bueno anotar, que la empresa férrea regional también dirige el proyecto Regiotram del Norte en Cundinamarca, iniciativa ferroviaria diseñada para conectar a Bogotá y Zipaquirá, que ya surtió su fase de factibilidad, gracias a una partida de 6 mil 500 millones de pesos, asumidos por la Gobernación de Cundinamarca, y otra de más de 10 mil millones, aportados por el Fondo de Prosperidad del Reino Unido. Ello, demuestra lo importante y eficaz que resulta la estrategia de confiar a las capacidades gerenciales de una empresa especializada, el desarrollo de este tipo de mega proyectos.
El ambicioso proyecto del Tren Bala con miras a la interconexión férrea entre Medellín y Bogotá, liderado por una sociedad pública conformada por la Gobernación de Antioquia, Metro de Medellín, Instituto Para el Desarrollo de Antioquia y Área Metropolitana del Valle de Aburrá, es otro de los referentes que en materia de experiencia ferroviaria puede ser objeto de análisis, a efectos de conocer el modelo de gestión que les ha permitido adelantar estudios y diseños preliminares por valor de 3 mil 700 millones de pesos, provenientes de fondos españoles de cooperación internacional.
Todos estos proyectos de Trenes en Cundinamarca, Valle del Cauca y Antioquia, concebidos como sistemas de transportes férreos modernos, sostenibles y eficientes, mediante el uso de tecnologías limpias, además de ser administrados sobre la base de esquemas empresariales públicos, también han contado con el acompañamiento de la academia mediante la vinculación de la universidad en los equipos técnicos de asesoramiento.
Lo anteriormente expuesto debe ser motivo de reflexión para los entes gubernamentales que, en la actualidad, levantan la voz frente al futuro del Tren Regional de Cercanías del Caribe, que demanda soluciones puntuales, concretas e integrales.
Desde nuestra posición académica como docente catedrático de desarrollo económico en la Universidad del Atlántico, reconocemos el valor agregado que tiene para el progreso y la competitividad del Caribe y su gente, el proyecto del Tren de Cercanías, especialmente para unos 25 municipios del Atlántico, Bolívar y Magdalena, territorios por los cuales, según indican los informes de prefactibilidad, potencialmente pasarán los trazados ferroviales, con capacidad para movilizar en los primeros 30 años, cerca de 56 mil pasajeros por día y alrededor de 13 millones de toneladas de carga al año, beneficiando, además, las ciudades capitales de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta, igual que a los centros poblados de Baranoa, Puerto Colombia, Galapa, Soledad, Sabanalarga, Luruaco, Palmar de Varela, Clemencia, Santa Catalina, Turbaco, Ciénaga, Fundación y Aracataca, entre otros.
Un proyecto de suma importancia como el Tren de Cercanías del Caribe, que simboliza una inmejorable e histórica oportunidad de desarrollo económico y social para la región, toda vez que impacta positiva y directamente las actividades turísticas, comerciales y culturales de los departamentos de Atlántico, Magdalena y Bolívar, al tiempo que genera empleo, fortalece la productividad, incentiva la inversión y brinda una movilidad rápida, segura y mas amigable con el medio ambiente, merece y reclama que los gobernadores Eduardo Verano, Yamil Arana y Rafael Martínez, que generan un buen ambiente en torno al tema y mantienen una buena relación, cierren filas alrededor de la idea de conformar una sociedad empresarial pública férrea, que se ocupe exclusivamente de la administración, la gerencia y la gestión del proyecto del Tren de Cercanías, tal como ha sucedido con las iniciativas ferroviarias que hemos descrito. En ese sentido, a partir de las buenas experiencias, poder desvarar al Tren del Caribe, que preocupantemente se encuentra en este instante a la deriva, sin respaldo financiero de la Nación y a la espera de pasar a la siguiente estación: los estudios de factibilidad.
Ahora bien, teniendo presente el tiempo que le resta al Gobierno Nacional, los problemas presupuestales del Estado Central y los 18 meses que se estima tardarán los trabajos de factibilidad del proyecto del Tren del Caribe, avaluados en 40 mil millones de pesos y convertidos en el actual cuello de botella, ante la ambigüedad del Gobierno Central para financiarlos, resulta valido pensar que dentro de las estrategias a explorar con el objetivo de construir una ruta de acción o mecanismo de administración que sirva a la reactivación e impulso del proyecto del Tren de Cercanías del Caribe, se conmine e integren las capacidades ejecutorias, los esfuerzos y liderazgos de los alcaldes de las tres ciudades principales: Alex Char, de Barranquilla; Dumek Turbay, de Cartagena; y Carlos Pinedo, de Santa Marta, quienes en representación de los Distritos, también podrían perfectamente apuntarle a dirigir y participar en sociedad, junto a las gobernaciones, en un esquema público, que a su vez invite a las universidades a aportar su valioso recurso profesional, técnico y tecnológico, para el desarrollo de esta avanzada y transcendental iniciativa de transporte férreo.
Finalmente, queda claro que es el momento de actuar desde lo local, para mantener con vida el proyecto del Tren del Caribe y lograr tenerlo completamente listo en su fase de factibilidad en el 2026, de tal manera que con el inicio de un nuevo Gobierno Nacional y las gestiones que se emprendan, bajo la coordinación de la agencia o sociedad pública, férrea y regional del Caribe, o cualquier otro esquema asociativo que se acuerde, se consigan priorizar y garantizar los recursos de cofinanciación por parte de la Nación, para la etapa constructiva del Tren de Cercanías del Caribe, uno de los mega proyectos de más alto impacto económico, social, cultural y ambiental para la región y el país.