Una profesora y un profesor fueron solicitados por la Fiscalía General de la Nación y al colegio se le solicitaron una serie de documentos que ayudarían en las investigaciones del caso.
La Fiscalía General de la Nación ha citado a declarar a dos docentes en el marco de la investigación por la muerte de la pequeña Valeria Afanador, niña de 10 años cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en el río Frío, en Cajicá.
Una de las citadas es la profesora que estuvo con Valeria antes del receso y su posterior desaparición. El otro docente es el profesor de educación física, quien le entregó el balón con el que la menor se dirigió sola a la cancha.
El primero en declarar será el profesor de educación física y en horas de la tarde la docente que estuco con la menor antes de desaparecer.
El ente investigador, además, le solicitó a la rectora del colegio Los Laureles documentación importante para las investigaciones del caso:
- Informar si algún trabajador o ex trabajador ha presentado demanda laboral o denuncias penales en contra del colegio, en caso afirmativo aportar documentación.
- Suministrar historia académica, matrícula y demás documentos respecto de la menor Valeria Afanador Cárdenas.
- Suministrar copia del PIAR de la menor Valeria Afanador Cárdenas
- Suministrar copia de la caracterización del estudiante señalada en la declaración jurada de la Rectora Sonia Inés Ochoa Daza, en la cual se da direccionamiento del acompañamiento escolar por parte de los docentes al comedor, almuerzos y patio.
«La presente documentación se recogerá en las instalaciones del establecimiento educativo por parte de los investigadores», manifestó la Fiscalía.
¿Cómo desapareció Valeria Afanador?
Valeria Afanador desapareció el martes 12 de agosto de 2025 en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, ubicado en Cajicá, Cundinamarca. Ese día, durante el descanso escolar, Valeria se dirigió sola a la zona deportiva tras recibir un balón del profesor de educación física. Según los testimonios, era habitual que ella jugara sola en la cancha.
La directora de curso, encargada de su vigilancia, afirmó que intentó que Valeria tomara el refrigerio, pero la niña se alejó. Minutos después, la docente se habría ocupado de otros niños y no volvió a ver a Valeria. La alarma se encendió cuando, pasada la hora del descanso, la menor no apareció en clase. Los profesores comenzaron a intercambiar mensajes preguntando por ella a través del grupo de WhatsApp de docentes y se activaron protocolos de búsqueda dentro del colegio.
Esto fue lo que se dijo en el chat de profesores del colegio el día en que desapareció Valeria Afanador:
Profesora 1: “Buen día. ¿Alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”.
Profesora 2: “Normalmente se va al salón donde Mr. Diego tiene los materiales”.
Profesora 3: “No aparece”.
Profesora 4: “Ella no llegó a clase de sount art… ¿Estará cerca del salón de música?”.
Profesora 5: “En los edificios no está y preescolar tampoco”.
Una docente relató que, hacia el mediodía, sonó una alarma de evacuación en el colegio. Fue en ese momento cuando estudiantes y profesores comenzaron a buscar a Valeria de manera más organizada. A las 12:50 p.m., se realizó la llamada a la madre de la menor para informarle sobre su desaparición.
Según las actas del caso, alrededor de las 2:00 p.m. se notificó la presencia del cuerpo de bomberos en el río que colinda con el colegio. En ese momento, también se procedió a extraer los videos de las cámaras de seguridad, los cuales fueron puestos a disposición de la Policía para su análisis.
“Hicimos hincapié a la fiscalía frente a la solicitud de imputación tanto a la rectora como a otros profesores del colegio por las profundas omisiones en este caso que derivaron en el homicidio de Valeria”, declaró el abogado de la familia de Valeria.
A pesar de los esfuerzos iniciales, Valeria no fue encontrada en las instalaciones. La búsqueda se extendió por 18 días, involucrando a organismos de emergencia, familiares y voluntarios. Finalmente, el 29 de agosto, su cuerpo fue hallado en el río Frío, a unos 300 metros del colegio, en una zona que ya había sido inspeccionada previamente.
El informe forense concluyó que Valeria murió el mismo día de su desaparición por ahogamiento. No se encontraron signos de violencia física ni daños en su ropa. Sin embargo, persisten dudas sobre cómo logró salir del colegio, si fue inducida por alguien y si hubo omisiones graves en la vigilancia escolar. La familia rechaza la hipótesis de que la niña haya salido sola de la institución educativa.
Caracol
