Capturan a tres funcionarios judiciales por caso del senador Eduardo Pulgar

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Un fiscal y dos jueces de Barranquilla responderán por, presuntamente, desfavorecer a una de las partes en un litigio familiar por la Universidad Metropolitana de Barranquilla.

A los problemas de salud que asegura tener el senador del Partido de la U Eduardo Pulgar, por los cuales pidió a la Corte Suprema enfrentar su investigación en prisión domiciliaria -el alto tribunal se la volvió a negar-, se suma la captura de tres funcionarios judiciales, quienes presuntamente estarían involucrados en una red de corrupción, impulsada por el mismo congresista dentro de un pleito familiar por importantes bienes en Barranquilla como el Hospital Metropolitano y la Universidad Metropolitana.

De acuerdo con las autoridades, los tres capturados se habrían torcido en contra de la familia Acosta Bendeck, la cual está en plena disputa con sus mismos primos, los Acosta Osío -socios de Eduardo Pulgar-, por tres bienes que en conjunto facturan $80 mil millones al año. Se trata de Alberto Oyaga Machado y Rafael de Jesús Uribe Henríquez, ambos jueves penales municipales con función de garantías de Barranquilla y, además, Gustavo Orozco Pertuz, fiscal seccional de la capital del Atlántico, como lo contó El Tiempo.

La noticia se da un día después de que la Corte Suprema de Justicia negara la posibilidad de sustituir la medida de aseguramiento intramural en contra del senador Pulgar, ordenada el pasado primero de diciembre por la misma alta corte. Desde entonces, el procesado se encuentra detenido en la cárcel La Picota (Bogotá), establecimiento donde solicitó concepto a Medicina Legal para que revisara su estado de salud y, así, pudiese enfrentar la investigación por tráfico de influencias desde su casa.

En el documento expedido por Medicina Legal, conocido por El Espectador, la institución asegura que el senador Eduardo Pulgar “no está en condición de grave enfermedad”. La entidad señaló que, si bien el congresista tiene afecciones de salud, las mismas pueden ser manejadas en el establecimiento carcelario. Por esa razón, se negó la petición y el senador Pulgar seguirá enfrentando su proceso penal desde La Picota como medida preventiva, de acuerdo con lo expuesto previamente por Sala de Instrucción de la Corte Suprema.

Por otro lado, el pasado 14 de agosto, el Ministerio Público citó a audiencia disciplinaria al senador Eduardo Enrique Pulgar por el cargo de cohecho, tipificada provisionalmente como gravísima a título de dolo. Un mes antes, la Procuraduría envío a sus delegados a Barranquilla para que investigase las denuncias expuestas por el periodista Daniel Coronell, quien en su columna Pulgarcito enseñó audios comprometedores sobre un presunto intento de soborno efectuado por el senador de la U.

“Quiero apelar a la buena relación que ustedes tienen pa’ ver si me pueden ayudar, hermano. Esa universidad (Metropolitana de Barranquilla) me pone unos votos muy importantes y adicionalmente… Aquí hay un negocio… Ustedes me dicen… y yo voy y digo: pa’ esta jugada vale tanto y vamos pa’ lante. Así de sencillo”. Así quedó retratado el momento en que el senador Eduardo Enrique Pulgar presuntamente intentó torcer al juez Andrés Fernando Rodríguez Cáez, funcionario de un juzgado promiscuo de Usiacurí, Atlántico.

Y el juez Rodríguez no tenía bajo su responsabilidad cualquier caso. En su dependencia se estaba decidiendo el lio familiar de Luis Fernando Acosta Osío, cercano al senador Pulgar y miembro del Consejo Directivo de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, por el control de tres instituciones de la capital del Atlántico: la Fundación Bendeck, el Hospital Metropolitano de Barranquilla y la misma institución educativa Unimetro. Todas son el resultado de una herencia dejada por el también senador Gabriel Acosta Bendeck.

A través de un ofrecimiento de $200 millones, el senador del partido de la U habría intentado corromper al juez Andrés Fernando Rodríguez, todo para favorecer a su aliado Luis Fernando Acosta. Sin embargo, Pulgar no contaba con que el funcionario llevara una grabadora y, por tanto, registrara unos audios que hoy lo tienen contra las rejas. “A ver, senador, yo en principio acepté la reunión esta mañana aquí pues por intermedio del alcalde Ronald, pero yo soy un hombre muy serio. Usted me está hablando de negocios, yo para eso sí, no”, le respondió el juez promiscuo.