En menos de 72 horas, un segundo ataque a un bus de la empresa de transporte público Lolaya fue reportado en el municipio de Soledad. El incidente, que tuvo lugar durante la tarde de este domingo, involucró a desconocidos que dispararon contra una de las rutas de la empresa. Afortunadamente, el bus se encontraba vacío y no se registraron heridos.
Las autoridades reportaron que el hecho se registró cuando el vehículo se encontraba fuera de ruta, ya que el conductor se dirigía a un taller para hacerle una revisión mecánica.
Las autoridades están al frente de la investigación, intensificando los esfuerzos para identificar a los responsables. El coronel Dave Figueroa, comandante de la Policía Metropolitana, indicó que el ataque ha aumentado la preocupación entre los conductores de la empresa, quienes ya enfrentan amenazas de extorsión.
“La policía ya se reunión con los diferentes gremios del sector del transporte público, con el fin de establecer rutas, horarios y sitios de criticidad para el acompañamiento policial y la prevención de delitos relacionados con la extorsión y el hurto a personas”, dijo el comandante Figueroa.
El reciente ataque se suma a un incidente similar que ocurrió la semana pasada, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas adicionales de protección. Se ha brindado apoyo constante a los conductores y se han incrementado las medidas de seguridad en las rutas afectadas para garantizar la seguridad del personal y prevenir futuros incidentes.
Las autoridades continúan investigando el caso y solicitan la colaboración de la comunidad para cualquier información que pueda ser relevante para resolver estos ataques.
Ataque anterior
Un bus la empresa de transporte urbano Lolaya fue atacado la noche del pasado miércoles 14 de agosto en uno de sus vidrios por sujetos no identificados. Este ataque se produce en medio de una serie de amenazas dirigidas a empresas del sector, aparentemente por parte del Clan del Golfo.
El hecho de dio después de que a la empresa llegara un panfleto firmado por el Clan del Golfo, donde se establece un ultimátum de 24 horas para que los propietarios de buses se pongan en contacto con el grupo criminal.
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