La polémica por Ley de Enemigos Extranjeros invocada por Trump para deportaciones, ¿abuso de poder?

La ley permite las deportaciones sin una audiencia y solo se ha invocado en tres ocasiones en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, expertos alertan que su aplicación puede resultar peligrosa.

La decisión del Gobierno de Donald Trump de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar las deportaciones masivas de integrantes de la banda transnacional Tren de Aragua en Estados Unidos ha desatado una nueva discusión sobre los métodos del líder republicano en su estrategia antiinmigración.

Como se había anticipado desde el jueves, el sábado Trump invocó la ley, subrayando en su orden ejecutiva que el Tren de Aragua «está perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión depredadora contra el territorio» y que todos los venezolanos mayores de 14 años que pertenezcan al mismo, se encuentren en Estados Unidos y no estén naturalizados o sean residentes permanentes legales, están sujetos a ser detenidos, retenidos y expulsados en calidad de enemigos extranjeros.

La sorpresa en Estados Unidos no es para menos. La Ley de Enemigos Extranjeros no había sido invocada desde la II Guerra Mundial (1939-1945), cuando se usó para detener a estadounidenses de origen japonés, en uno de los episodios más oscuros de racismo contemporáneo.

Pero el líder republicano consideró que el Tren de Aragua «está llevando a cabo acciones hostiles y una guerra contra el territorio de Estados Unidos tanto directamente como bajo la dirección clandestina o de otro tipo del régimen de (Nicolás) Maduro en Venezuela».

La orden ejecutiva subrayó que a esos integrantes no se les permitirá la residencia en Estados Unidos y solicitó a todos los departamentos y agencias ejecutivas que colaboren con los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para utilizar todos los medios legales para llevarla a cabo.

Esa directiva añadió que toda propiedad perteneciente a «enemigos extranjeros» que se use o se pretenda usar para perpetrar «la actividad hostil» del Tren de Aragua estará sujeta a incautación y decomiso.

La gran pregunta, sin embargo, es hasta qué punto la aplicación de esta ley constituye un abuso de poder.

¿Qué dicen los expertos?

En términos prácticos, esa ley permite las deportaciones sin una audiencia y se ha invocado solo en tres ocasiones en la historia de Estados Unidos, todas ellas en tiempos bélicos: la guerra de 1812 y la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial se utilizó para justificar las detenciones y expulsiones de inmigrantes alemanes, austrohúngaros, italianos y japoneses, y durante la Segunda jugó un papel en la política estadounidense de internamiento de japoneses.

El centro de pensamiento Brennan -instituto no partidista de derecho y política- estipula que la ley en mención es un recurso de autoridad que, en tiempos de guerra, permite al presidente detener o deportar a los nativos y ciudadanos de una nación enemiga sin audiencia previa y basándose únicamente en su ciudadanía o país de procedencia.

Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Aunque la Ley de Enemigos Extranjeros fue promulgada para prevenir el espionaje y el sabotaje extranjero en tiempos de guerra, en el caso de hoy y para el que fue invocada podría utilizarse contra inmigrantes que no han cometido ningún delito, no han mostrado signos de deslealtad y se encuentran legalmente en Estados Unidos.

Según el Centro Brennan, se trata de un recurso de autoridad muy amplio que puede violar derechos constitucionales en tiempos de guerra y de abuso en tiempos de paz.

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