La empresa de transporte Lolaya, que opera en Barranquilla y su área metropolitana, ha cesado sus actividades debido a amenazas de extorsión por parte de un grupo armado ilegal.
Estas amenazas han generado un ambiente de inseguridad para los operadores de la empresa, quienes se han visto obligados a detener sus servicios para proteger su integridad.
Las autoridades locales están al tanto de la situación y han iniciado investigaciones para identificar y capturar a los responsables de estas extorsiones.
La comunidad ha expresado su preocupación por la interrupción del servicio de transporte, ya que afecta la movilidad de muchos ciudadanos que dependen de estas rutas para sus desplazamientos diarios.
Este incidente resalta la creciente problemática de la extorsión en la región, un delito que ha mostrado un incremento significativo en los últimos tiempos.
Las autoridades están trabajando en estrategias para combatir este tipo de criminalidad y garantizar la seguridad de los ciudadanos y las empresas locales.
Tomado de EL HERALDO